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Una visión estructural de la Sagrada Familia (I)

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Cuando su Majestad el rey Alfonso XIII, visitó las obras de la Sagrada Familia, en abril de 1904, Gaudí, molesto por la supina ignorancia en términos de arquitectura del monarca, cuando este le preguntó:

  • ¿Y qué estilo se adopta en este templo?
  • ¡Gótico! - contestó raudamente en castellano Gaudí (Gaudí era monolingüe)

Hubo risitas contenidas, y luego que hubieron pasado al exterior por los pórticos del templo,

  • ¿ Gótico me ha dicho antes? volvió a inquirir su majestad
  • Si gótico, volvió a responder en español, pero completado según la visión de nuestros días.
  Gaudí, quien se proclamaba el último arquitecto romano, afirmaba que su arquitectura era la continuación de donde la arquitectura Bizantina (romana oriental) la había dejado.

Juntamente con sus ayudantes, Rubió y Jujol, recibió el encargo de rehabilitar la Catedral de Mallorca, de manos del obispo Campins, íntimo amigo suyo, siendo la Seu de Mallorca sin duda uno de los mejores edificios litúrgicos construidos durante el periodo de la Corona de Aragón. Gaudí, gran conocedor de la arquitectura antigua, no tenía en buen concepto el sistema gótico, que entendía fabril, repetitivo y mecánicamente defectuoso.

  Estructura sagrada familia Estructura sagrada familia                    

Muletas (“crosses”) del arco ojival.

Si el arco ojival, en el que se basa su estructura, debe ser soportado por estructuras auxiliares (“crosses”, muletas decía él) como los arbotantes, quiere decir que el arco no cumplía su función; se trata pues de una estructura defectuosa. Y Gaudí, añade, que solo aquellos arcos que se ciñen al trazado anti funicular de cargas, son los que cumplen correctamente su función resistente y estática.

El arco ojival no era más que la unión de dos arcos de circunferencia. Era un arco “bastardo”, no seguía ninguna ley. Las estructuras deben seguir una ley, de acuerdo con las leyes de momentos flectores y esfuerzos cortantes. De ahí que las curvas que seguían una ley eran las adecuadas.

En términos matemáticos, distinguimos los lugares geométricos como aquellos puntos del espacio que cumplen con una determinada propiedad. Así las curvas cónicas, todas cumplen alguna propiedad determinada. Entre ellas la parábola, y la superficie generada por rotación, el paraboloide, tienen importantes aplicaciones estructurales. Pero por ser curvas matemáticas, son curvas ideales, geométricas. No existen en la realidad. La curva física, esto es, la que introduce y hace intervenir el peso, la gravedad, es la catenaria. Y la proximidad de la catenaria y la parábola, es tan cercana, que con muy pequeño error se puede sustituir la una por la otra. Con una salvedad importante: la parábola puede trazarse de manera muy sencilla con simples utensilios de dibujo, y por tanto replantearse en obra con suma sencillez.

  sagradafamilia-barcelona-hormigon-estructuras-muletas-crosses-cúpulabizantina        sagrada familia          Cúpula Bizantina de hormigón romano/ Lámina del libro “L’art de bâtir chez les romains” de Choisy donde documenta la utilización de la “rajola” (rasilla) en el encofrado/Cúpula romana de Brunelleschi en Santa Mª dei Fiore.